Respecto de las elecciones municipales, NO TIENE LUGAR EL SISTEMA BINOMINAL. De hecho, en el caso de los alcaldes el sistema es tan simple que la ley lo define asegurando que será elegido alcalde el candidato que obtenga la mayor cantidad de sufragios válidamente emitidos en la comuna, esto es, excluidos los votos en blanco y los nulos. De tal modo, que no hay excusas para desentenderse de las elecciones municipales, y particularmente en lo que toca a los alcaldes, pues no hay sistema más democrático que aquel mayoritario donde gana nada más que aquel que posee más votos a su favor.
En DECIDE queremos invitarlos a votar, porque creemos que Chile no cambiará del modo que la mayoría de la población lo desea si no manifiesta su intención al respecto. El voto es la manifestación de voluntad política por excelencia y ustedes no deben dejarse engañar por las campañas de aquellos que no quieren que se expresen, pues al mismo tiempo que llaman a no votar y quedarse en la casa, están pegando la publicidad de sus propios candidatos en todas las comunas donde compiten. Entonces, sería mucho mejor que votarán por esos candidatos antes de quedarse en sus casas para seguir sin ser escuchados.
Es cierto que las elecciones municipales son particularmente localistas y las de alcaldes muy personalistas, mas por ello mismo el voto es más decidor. Con el voto se puede enviar un mensaje y/o elegir al candidato alternativo y dejar fuera al apernado, al mal funcionario o al corrupto. No es lógico pensar que la juventud podrá lograr algo si no participa, ¡han pasado más de veinte años que prueban que "estar ni ahí" no cambia nada!
Con todo, es efectivo que el sistema con el que se eligen a nuestros alcaldes no es perfecto, además de las barreras al surgimiento de candidaturas independientes, tales como falta de financiamiento o exigencia de innumerables firmas, hay que sumar el riesgo de dispersión de votos en numerosos candidatos. Si recuerdan lo ya descrito, podría suceder que aquel que tuviera más votos que el resto no alcanzara la mayoría absoluta, esto es, que ganara con menos de la mitad del total de votos válidamente emitidos.
En DECIDE creemos que lo anterior es una amenaza al sistema y al desempeño del candidato electo con más preferencias; ya que a simple vista parece contradictorio que sea elegido como alcalde aquel que obtuvo más sufragios, aún cuando la suma de votos de sus contendientes sea mayor. Por tanto, debería promoverse alguna solución para aquel caso, como lo es la segunda vuelta entre las dos más altas mayorías, como ocurre en las elecciones presidenciales.
CYF
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